La puesta paraguaya de la obra escrita y dirigida por Santiago Gobernori se presenta todos los martes de agosto en La Correita de Sala La Correa, en Asunción. Con actuaciones notables de Paola Irún y Guadalupe Lobo, la propuesta apuesta a una dramaturgia micro fragmentada, que condensa en fragmentos breves —a veces mínimos— un universo que alterna entre lo poético, lo absurdo y lo grotesco.
“La verdad efímera” podría ser tanto el título de una obra como un diagnóstico generacional. En un escenario vacío pero vibrante, dos actrices encarnan múltiples personajes y mundos, mientras el mecanismo teatral se vuelve tesis: lo que importa no es solo lo que se cuenta, sino cómo se esfuma. En una era de reels y validación digital, esta puesta en escena reclama el aquí y ahora del teatro como espacio de conexión crítica y poética.
Hay una premisa que funciona como eje: dos trabajadoras digitales son abordadas por una entidad extraña. En paralelo, emergen relatos que atraviesan la desvalorización de los oficios, el amor, la muerte, la desigualdad, el criadazgo, la sexualidad, la quiebra, la vida contemporánea.
La dirección de Gobernori apuesta a una economía radical de recursos. No hay escenografía, sonido ni elementos tecnológicos. Todo se construye desde el cuerpo y la palabra. La iluminación, con tonos que tienden al blanco, marca los ritmos, cortes y atmósferas, funcionando como hilo invisible entre los relatos. El vestuario acompaña con una neutralidad elegante, de líneas contemporáneas y filosas.
Pero son Irún y Lobo quienes sostienen esta arquitectura inestable con un trabajo de precisión absoluta. Desde una pose, una energía, un cambio de voz o de cadencia, construyen decenas de personajes sin artificios, con una entrega que transforma la nada escénica en un territorio infinito. Las escenas de las criadas y de la entidad son particularmente memorables, por su potencia física, emocional y política.
El público acompaña con risas, atención sostenida y esa sensación de estar viendo algo que no se puede dejar pasar. Hay momentos de metateatro donde el ensayo se vuelve obra y la obra se vuelve vida, en un juego que desnuda el dispositivo teatral sin perder fuerza narrativa.
La verdad efímera es, sin duda, una de las propuestas más sólidas e inteligentes del teatro paraguayo actual. Por su capacidad de interpelar desde lo formal y lo temático, por su modo de hablar del presente sin subrayarlo, y por el riesgo que asume al confiar en la teatralidad más pura: dos cuerpos, un texto, y todo lo demás en juego.
Última función, martes 26 de agosto en La Correita de Sala La Correa, con producción de Teatro de la Luz. Entradas al 0983 880 020 o en @teatrodelaluz.
