El Ballet Clásico y Moderno Municipal de Asunción inició su temporada bajo la flamante dirección de Miguel Bonnin, representando la vida de Santa Teresa de Ávila.
Disclaimer: Intentemos omitir, por un momento, que es por lo menos “raro” que un ente público produzca ballets religiosos. Intentemos.
Un comienzo favorable para los festejos de los 50 años de la principal compañía de danza de nuestro país. Se trata de la reposición de la obra de ballet estrenada en el 2015, una creación de Miguel Bonnin con coreografías repuestas por Robson Maia, Ángel Ovelar y Fiorella Virgili y la música del maestro español José Miguel Évora, por primera en su versión sinfónica interpretada por la Orquesta Sinfónica Nacional bajo la dirección del compositor.
Este 2022 se celebran los 400 años de la canonización de Santa Teresa de Ávila. La obra fue creada a pedido de las Hermanas Carmelitas, inspirada en el libro Las Moradas del Castillo Interior. La obra de Bonnin plantea siete estadios para llegar a la santidad del alma, que en escena representan distintas escenas de la vida de la santa de la Iglesia Católica.
En el papel de Santa Teresa alternan Maia Ayala, Sonia Soto, Gianinna Fernández, Cristina Báez, Macarena Vallejo y Agustina Torres. En nuestro caso vimos a Macarena Vallejo, quien además de destacar por encima del resto del elenco por la limpieza y precisión de movimientos, enfrentó un rol que juega entre lo frágil y lo tenaz. Una santa sobreprotegida que lucha tanto con su cuerpo como contra una horda de demonios.
De hecho, el rol protagónico se divide en tres diferentes lenguajes: la danza clásica/neoclásica, el canto y la actuación. Gala Évora interpreta las poesías escritas por la misma Teresa, mientras que en sus años maduros es encarnada por Margarita Irún, quien representa su lado más terrenal y comunitario, hablando directamente con el público e inclusive abordando momentos humorísticos.
La escenografía de Tessy Vasconsellos se aleja de los acostumbrados paisajes europeos de las obras de repertorio, proponiendo un escenario completamente blanco, con una tarima de siete espacios con una vela en cada uno -las moradas-. El color ingresa sólo en algunos elementos puntuales, en banderas, proyecciones y la imponente síntesis seccionada del convento.
Pudimos apreciar además el vestuario con la icónica mano de Ricardo Migliorisi, especialmente notorio en el diseño de los españoles, con detalles dorados y las formas curvas y colores intensos de los demonios. Finalmente, la iluminación se hace presente enmarcando ciertas escenas en la rigurosidad religiosa.
Miguel Bonnin logra con elegancia conjugar los diferentes elementos. Destaca su trabajo con los 50 bailarines que interpretan coreografías de gran fuerza visual: la presentación, la inquisición, la conquista y el monasterio. Por otro lado, se ve el manejo más delicado y agudo del estilo clásico y neoclásico, en los solistas y pas de deux. Un espectáculo que cautiva por esta sensación onírica y sagrada.
Las funciones tienen un costo de Gs. 35.000, 55.000 y 60.000 y serán el 3, 4, 5, 6, 7, 10, 11, 12 de junio en el Teatro Municipal Ignacio A. Pane de Asunción (Pdte. Franco y Chile).
