Marsal Arte vuelve con una nueva producción teatral, tras el éxito de Falladas en el 2017, con esta obra francesa bajo la dirección de Hugo Robles.
Ya desde que entras a la sala, se siente una gran delicadeza iniciando por el diseño del programa hasta las proyecciones con las que aguardas en tu asiento a que empiece la obra, dando un primer vistazo a la impactante escenografía realista de Verónica Marsal, que simula un departamento en pleno centro de París donde podemos ver incluso la Torre Eiffel desde una ventana de blindex, mientras que en medio del escenario cobran importancia dos enormes libreros que llegan hasta las luces de la sala moliere ambos llenos de uno de los más importantes símbolos de esta comedia, los libros que colman los estantes e incluso los puedes ver por debajo de los muebles como si estuvieran rebozando.
Y es que de alguna manera esto simboliza algo muy particular en esta comedia inteligentísimamente escrita por los franceses, De La Patelliére y Delaporte, puesto que todos los personajes de la obra son personas realmente cultas, y tanto la comedia como los tópicos alrededor de los cuales gira la obra son el lenguaje, el significado de las palabras, hechos históricos, e incluso algunos de los personajes son profesores y letrados, siendo el protagonista el egocentrismo, la soberbia, la arrogancia del conocimiento y hasta el machismo, que hacen que simples temas de conversación vayan transformándose en una batalla campal conforme avanza la reunión de amigos.
Los actores que protagonizan la obra son caras bastante conocidas en los medios pero que también están muy asociadas al circuito de teatro independiente de Asunción, lo que te hace confiar de por sí en el elenco. Ya conforme a las actuaciones, en general bastante parejas, destaca sin duda Silvio Rodas que tras el estreno de Leal sube al escenario con una actuación fantástica interpretando a este hombre de edad testarudo y es definitivamente el que más rápido va sacando risas de la platea con un personaje muy reconocible, aunque mantiene cierta neutralidad de lenguaje, y su precisión en cuanto a los remates humorísticos.
Rossana Bellasai que entra ya avanzada la obra con un personaje que si bien raya la caricatura, da mucha fuerza a su participación incluso cuando el foco de la obra no está en ella, complementando las escenas de humor de los otros personajes. Jorge Ratti, quien ha trabajado ya en varias obras y shows de stand up propios, demuestra de nuevo que el humor es ya un viejo amigo suyo, con su personaje en varios momentos clave de la obra, especialmente por sus muecas y reacciones.
Bruno Sosa que este año podríamos decir que ha combatido contra su personaje galan, trayendo algo nuevo tanto en «Leal» y aún mas como el personaje de Claude, un amigo amanerado, que si bien tiene una menor carga de comedia, tiene una escena muy emocional, la cual vemos cómo un gran desafío de sostener en medio de las risas de las personas por las acciones de otros personajes lográndolo perfectamente.
Por último Maricha Olitte, quien además de ser una actriz de gran carrera tanto en el teatro como en la televisión es una humorista nata y extraordinaria, destacándose con creces en esta obra, donde su papel al principio no se entiende muy bien para donde va a disparar, pero que luego tiene un giro y se convierte en el punto de comedia más fuerte de la obra con un monólogo que hace reír al público a carcajadas y guarda tanta verdad que termina saliendo de escena con un gran aplauso de toda la platea.
Verdaderamente una de las mejores comedias del año, que aunque tiene un arranque un poco lento, va en subida con chistes muy inteligentes y un humor que sale de lo simple o rápido, plantándose en las situaciones, la buena interpretación y gran orquestación de Hugo Robles.
La obra cuenta con últimas funciones en la sala Moliere de la Alianza Francesa, sábado a las 21 hs y domingo a las 20 hs con entradas a 100.000 Gs.
