Ser un amante de la lectura puede abrir un universo de posibilidades, pero empezar a crearse el hábito de hacerlo de forma constante puede ser un gran desafío diario, más aún si no contas con uno de los factores primordiales para hacerlo, el tiempo. Aquí te damos algunos tips para iniciar.
Felizmente, un poco más de tiempo libre es ahora quizás unas de las consecuencias buenas de la pandemia. Y si pensaste en la lectura como un hábito a ser adquirido o recuperado en este tiempo de cuarentena, aquí te dejo unos tips de lectura para que al terminar esta etapa de confinamiento puedas por fin poner el check en tu lista de metas del año:
Leer lo que te gusta y dejar los clásicos para después
Leer, principalmente debe ser placentero, así que no te hagas el/la intelectual leyendo libros clásicos o de muchas páginas para empezar, iniciá con algo corto que te llame la atención. Tenemos la suerte que la literatura es grandiosa y para todos los gustos.
Create un lugar y un tiempo de lectura
Busca un lugar cómodo, sin mucho ruido y con buena iluminación, si tu idea es leer de noche, acordate que la luz amarilla es la ideal. Leer de noche ayuda a relajar la mente y evita el insomnio. Si sos como yo de mente dispersa, tenete paciencia, de repente la mente suelta el hilo de la lectura y se pone a pensar en un sinfín de cosas, eso es normal, solo retoma la lectura donde te quedaste. Esto ocurre muy fácilmente si tu tiempo de lectura es por ejemplo en el bus o en un lugar con muchas distracciones.
La poesía es la mejor amiga para iniciar
Son textos cortos que van a enriquecer tu vocabulario y también a ayudarte a saber qué te interesa más leer. Si te conectas más con las poesías románticas, quizás debas ir por el mismo hilo cuando cambies el libro por una novela o si una poesía que enaltece a las mujeres y te llama la atención, luego te podés encontrar buscando libros y autores sobre el tema. Así vas a ir conociendo más y más textos interesantes.
Si no te gustó, cambialo.
Si empezaste un libro y luego en el transcurso de la lectura deja de interesarte, cambialo, leer no es sufrir, es todo lo contrario. Déjate explorar cada texto hasta encontrar el adecuado, ese que te deja pensando en lo que va a pasar, que deja volar tu imaginación y más temprano que tarde ya vas a estar esperando con ansias tu tiempo de lectura diario.
Por último, lo más importante, lee lo que puedas cada día, pero no dejes de leer ninguno, acordate que el hábito se crea con las acciones repetitivas de todos los días.