Después de su temporada en Paseo La Plaza, Reverso llegó a Paraguay, nada menos que en el Teatro Municipal de Asunción, con una propuesta que cruza el teatro, la tecnología y las emociones. Escrita y dirigida por Matías Feldman, la obra presenta un juego escénico entre el absurdo, lo grotesco y lo virtual, sostenido por un elenco sólido y una puesta visualmente cuidada.
La trama parte de una premisa en tendencia: un matrimonio recibe a dos exsocios de una galería de arte. Pero algo en los diálogos —que se repiten, se deforman— empieza a desestabilizar la escena. La realidad se tuerce. Aparecen nuevos personajes, el tiempo se dobla y la lógica se diluye.
La obra plantea una pregunta que resuena con fuerza: si hoy vivimos, trabajamos y nos relacionamos a través de pantallas, ¿qué es real y qué no? En un momento donde debatimos si está bien usar IA para reemplazar ilustradores o si el arte puede seguir existiendo sin cuerpo, Reverso se mete en ese terreno, pero no lo explora del todo. Se queda más en el dispositivo que en las consecuencias.
La escenografía —un departamento blanco — ayuda a construir esa atmósfera de encierro limpio, de realidad maquillada. Al principio, genera intriga; después, nos ilustra un universo marco donde todo puede pasar. La obra hace el esfuerzo por explicar ese universo y sus reglas: aparecen términos como NFT, JPG o GIF, y que refuerzan la idea de estar dentro de una lógica digital.
El elenco está afinado y entrega un ritmo sostenido y dinámico. Carla Peterson se anima a todo: siempre al límite del desborde del grotesco sin miedo. Nuestro compatriota Nico García sostiene buena parte del humor con un timing corporal bien ajustado. Y Juan Isola construye un personaje impredecible, que se desarma y se recompone casi segundo a segundo.
Reverso propone una estructura atractiva y se apoya en un juego escénico con mucho potencial. Pero cuando el conflicto se vuelve más interesante, la obra decide terminar. Queda la sensación de que podría haber ido más lejos. Aun así, la propuesta no deja de ser interesante.
Aun así, la propuesta interpela. En un mundo donde las pantallas ya no son solo intermediarias, sino escenarios completos y complejos, Reverso deja preguntas abiertas: ¿Qué pasa cuando lo virtual se siente más seguro que lo real? ¿Hasta dónde podemos jugar con lo irreal sin perdernos en el camino?
La obra se presenta en el Teatro Municipal con dos últimas funciones este domingo 30 de marzo. Entradas en venta en Ticketea.
