Aldo Calabrese estrenó su primer unipersonal que explora sus vivencias como actor, sus inicios y todo lo que sucede antes, durante y después de que se abra el telón.
Tras años de subirse a los escenarios, cada actor o actriz suma historias, anécdotas y cuadros que se quedan grabadas en su mente y en las de quienes los conocen y los ven actuar. Siempre es interesante cuando todo este bagaje se lleva de vuelta a las tablas y los mismos intérpretes celebran junto al público el camino recorrido, los momentos importantes de su pasar artístico, y hasta sus personajes y números más importantes.
Si bien El Bufón está pensada casi como un espectáculo de variedades, evoca algunos elementos biodramáticos ya que Calabrese expone su vida ante el público, a veces contándola él mismo y otras veces a través de la dramatización de ciertos momentos llevados hacia el mundo de la fantasía e inclusive al espectáculo de circo.
El inicio con el famoso personaje Cabrera -boom en su momento como figura de una marca- llevó a que su rostro esté en todas partes. Calabrese nos cuenta cómo optó por tomar las riendas de su carrera tras esa primera gran experiencia, reconociendo el lado “oscuro” de la fama y lo que conlleva tanta exposición en un terreno tan pequeño como el nuestro.
Juana Ríos, la parodia de Joan Rivers que se ha convertido en un clásico de los show drags para teatros, toma protagonismo con su característico juego de análisis a figuras reconocidas de medios y redes sociales en Paraguay. También nos permite rememorar a su Clown en un breve show de globología y a su icónico personaje de Black Swan de la anterior obra ArteDrag… todos ellos son parte del recorrido de personajes.
La obra además cuenta con la asistencia en piso y la participación especial de Fiorella Fiore, que colabora con Calabrese en algunas escenas con una fuerte presencia escénica y hasta un acto acrobático en aro que da pie a la experiencia del actor con el Cirque du Soleil.
Toda la obra es intervenida con proyecciones sincronizadas con el relato del protagonista, creando contexto y hasta siendo utilizadas para dar una sensación de mapping, con imágenes muy cuidadas y bien diseñadas -como el video de inicio- que aportan mucho a la experiencia.
Hay que destacar además que las coreografías de Anto Otazo, las proyecciones de Dave Weil y las luces de Martin Pizzichini fueron pensadas como un todo ya que se ven coordinadas y se complementan, enmarcadas además por la escenografía y el vestuario de Laura Calabrese y el mismo Aldo.
Creemos que el hecho de haberse dirigido él mismo dio ciertamente a Calabrese la libertad necesaria para ahondar en sus recursos creativos y encontrar las formas de contar su historia y, al mismo tiempo, explicar algo único pero al mismo tiempo muy universal: el mundo del actor y sus miedos. Consideramos, sí, que lo malo de no haber contando con una mirada central externa es que algunos momentos podrían haber sido más definidos y precisos en su ejecución, aunque no por eso el espectáculo resultante deja de ser disfrutable.
Finalmente llega Menta Green, el personaje Drag con el que muchos no hemos encariñado pero de una manera en la que nunca la hemos visto: en su proceso de transformación, a través de proyecciones y teatro negro con la participación del Make-up Artist Juan Florenciañez y Edi Romero quienes realizan su trabajo en plena oscuridad y con materiales fosforescentes, volviendo al todo en una experiencia emergente y cómplice para el espectador.
El Bufón cuenta con el apoyo del FONDEC y continúa en el Teatro Latino los Sábados y Domingos a las 20 hs. con entradas a 50.000 gs.
