Una obra conocida por casi todos, en donde el público más difícil se encuentra expectante desde que primer reflector que ilumina el escenario.
La puesta nos introduce a la ciudad de Hamelin la cual se encuentra infestada de ratas y el Alcalde ha prometido mucho dinero a un flautista que se ofreció a librarles de ellas.
Con una energía en alto, mucha música y baile, el elenco dirigido por Osvaldo Molinas, quien también colabora en esta puesta desde su rol actoral (El Alcalde), logró llenar el Espacio Casa Mayor con niños felices.
Personajes con vestuarios llamativos y adecuado maquillaje captan sin lugar a duda la atención del público, relatando la historia de aquel flautista justiciero que recorría las calles de Hamelin ansioso de recibir la paga por el trabajo realizado.
La notable técnica vocal de los actores fue el factor fundamental para mantener al público entretenido, al igual que la soltura y naturalidad de interacción con el público destacado en el protagonista Rafael Bernal.
La utilización de títeres en el teatro infantil es un plus de alegría, y este elenco lo supo aprovechar junto con las actuaciones graciosas y carismáticas de Leti Sosa, Diosnel Espinola y Osvaldo Molinas.
Una escenografía ideal para el público y práctica para los actores, en comunión con las luces y el sonido alcanzó el objetivo de situar a los pequeños y grandes espectadores en aquella ciudad tan alborotada.
El flautista de Hamelin logró transmitir un mensaje hermoso y reflexivo no solo desde el libreto, los actores lograron que los niños lo gríten desde sus lugares bailando. Y esa es la magia de un buen teatro infantil y la mayor satisfacción que puede llevar el lindo trabajo en equipo del elenco.
La obra se presentó en La Casa 1073 en Julio de 2019 con varias exitosas reposiciones
