La comedia grotesca de la dramaturga uruguaya Ana Maganabosco se presentó en el Arlequín Teatro, bajo la dirección de Miguel Escoz.
«Las mujeres son de Venus y los hombres de Marte», una de esas frases que nos bombardea con la finalidad de separar la humanidad en dos bandos cuya línea divisoria se ve cada vez más compleja, borrosa y ridículamente impuesta por pensamientos arcaicos. Esta metáfora (Venus/Marte) está tan metida en el inconsciente colectivo que el símbolo del planeta hoy lo asociamos más como ícono de lo femenino que como un cuerpo celeste.
Es imposible no ver este símbolo flotando sobre el escenario mientras ingresamos al Arlequín Teatro, encadenado al techo y al cielo, como condenado a un purgatorio en la mitad. Mamparas blancas, elementos de vestuarios y butacas igualmente blancas, excepto por una roja que marca un acento para la protagonista de cada monólogo, comprende la propuesta escenográfica.
La obra está llena de estas binariedades que abundan en nuestra sociedad, iniciando con el vestuario: unos monos en blanco y negro que visten a las actrices, al igual que el inicio de la obra que presenta esta contrastante visión del complejo de Madonna/Prostituta que divide a las mujeres entre las amas de casa respetables y las vistas como objetos sexuales, representadas a través del uso de las siluetas de los cuerpos entre las mamparas y las luces.
La obra fue escrita hace más de 30 años por la dramaturga uruguaya Ana Maganabosco, en un momento donde la perspectiva del lugar de las mujeres en la sociedad era diferente, pero aún así no pierde demasiada vigencia al abordar los vicios de ayer y hoy. La dramaturgia comprende monólogos que abordan situaciones por las que atraviesan las mujeres en diferentes instancia de la vida, con un humor ácido en escenas bastante coloquiales.
El elenco está conformado por Mariel Balbuena, Fátima Flores Pompa, Claudia Laterza, Eliane Marín y la participación de Ángeles González y Verónica Brum, quien también trabajó como asistente de dirección. Las actrices brindan un tono actoral farsesco con el cual componen estos personajes grotescos y exagerados, presentados en contextos cotidianos de violencia normalizados llevados al límite.
La puesta es presentada por el Fondo Municipal para el Fomento y la Promoción de las Artes Escénicas de la Municipalidad de Asunción.
La obra finalizó funciones el pasado fin de semana en el Arlequín Teatro.