Y tras superar lo que pensábamos que era el fin del mundo, llegó el 2021 con un fino hilo de esperanza: la apertura limitada de salas y las vacunas en su etapa experimental. Y este hilito sostuvo los ánimos de toda una industria que, pese a tener todo en contra, encontró la manera de reponerse. Como ya dijimos, este año los teatreros hicieron teatro con rabia.
Va el disclaimer de siempre: es claro que no hemos logrado ver absolutamente todas las obras del año y, por supuesto, no están incluidas aquellas producidas en el marco formativo de las escuelas de teatro o de espacios de entrenamiento teatral.
Este listado sólo representa la opinión de quienes escribimos en SMASH, de acuerdo a las funciones a las que asistimos, y no está ligado a nada más que a este medio. Si usted no está de acuerdo, tiene el derecho de sentir y de comentar todo lo que le parezca… y si lo creemos válido tenga por seguro que lo tomaremos en cuenta (si aparte opina que no sabemos nada y que no deberíamos escribir, no se preocupe, otras personas de seguro sienten lo mismo y dejarán de leernos.) Por último: Le recordamos, por si acaso, que esta lista no pertenece a fondos estatales.
15- Mi decisión
Ana Rosa Guggiari, mejor conocida en el ambiente teatral como Ana Banks, como dice en la obra, es mamá, católica, feminista, actriz, bipolar y lesbiana.
La palabra con la que podemos definir esta obra es, simplemente, auténtica. Auténtica como las lágrimas de felicidad que brotaron de los ojos de Ana al terminar la función. En una época en que repensamos la presencialidad del teatro, este tipo de trabajos íntimos hacen muy difícil divorciarnos de la experiencia del cuerpo presente, del contacto natural entre intérprete y espectador.
Un unipersonal cargado de emociones bajo la dirección de Nataly Valezuela y Ever Enciso, un biodrama sobre la vida de la propia protagonista, quien llevó el peso de la puesta con pocos pero efectivos recursos escénicos que nos permitieron recorrer los diferentes momentos, épocas e hitos que conforman a la Ana que conocemos hoy.
14- Del Otro Lado
¿Cuántas veces en nuestra vida damos por sentado el silencio en un país que se calla? Esta cultura muda y asfixiante es uno de los ejes sobre los que giró la última obra de Hugo Robles.
La obra nos introduce a los últimos años de vida de Bernardo y Vicente, dos ancianos en un viaje que unirá y modificará sus destinos. Protagonizada por el ganador del Edda Silvio Rodas y por Juan Carlos Moreno, son acompañados por Fátima Fernández Mercado, Alan Bernal y la ganadora del Edda Natalia Cálcena, quien además compartió con Rodas una memorable escena de varios minutos de silencio y tensión.
Del Otro Lado es sobre retener y hacer todo por no estallar. La obra refleja un problema real, congelado y encajonado por una mayoría que no quiere escuchar.
13- Los viernes son púrpura
Un rincón inesperado de Asunción -la Casa de las Artes Visuales- fue el escenario de la ópera prima de Aldo Valdez: una sala de psicoterapia donde se desarrollan las citas entre Yayah (Ceci Torres) y su psicólogo (Natan Melamed),, a quienes acompañamos por los diferentes procesos hacia el camino de la sanación, reparación o simplemente a entender situaciones que marcan una historia personal.
Una propuesta sutil y efectiva, de pocos elementos y notorio aprovechamiento del espacio y su arquitectura, condimentada con la música original en vivo por Gabriel Cáceres y Salma Gómez que guió al público por diferentes climas, ingresando incluso al terreno del thriller.
12- Todo sobre el Tatami
Si hay algo que amamos del teatro es su capacidad de sorprendernos: esta propuesta multidisciplinaria dirigida por Roberto Cardozo nos situó como testigos de una clase o ensayo de un dojo, construyendo un ambiente íntimo en que las luces y la combinación de las interpretaciones, sumado a la danza, las artes marciales y la música en vivo, nos adentraron a esta pieza planteada desde lo corporal.
El tatami, como piso de entrenamiento, se convirtió en un campo de batallas internas para cada uno de los que se encontraban sobre él. Lo que no se expresaba en palabras estallaba en el cuerpo, en movimientos del jiu-jitsu brasilero que se combinaban y de a poco tomaban rasgos de la danza contemporánea, del breakdance y del clásico libre.
Las mujeres fueron las protagonistas: Jazmín Derbas, Paola Ferraro y Gloria M. Morel transitaron en tabúes como la exploración de los roles sociales, la sexualidad y la revelación de las personas tras la figura profesional, al son de la musicalización en vivo de Cala del Puerto, Rodolfo Gómez y David Rodríguez.
11- Moscú
Gustavo Ilutovich dirigió su octavo montaje del autor Mario Diament, una versión libre de Las Tres Hermanas de Anton Chéjov protagonizada por Dayana Urunaga, Andrea Quattrocchi y Jazmín Romero. Mario Diament reduce la cantidad de personajes de 14 a sólo las protagonistas: tres mujeres burguesas decepcionadas de su realidad, que idealizan un pasado y un futuro en Moscú.
El bien seleccionado trío de actrices, de un nivel parejo, afrontó este texto clásico con concisión y fluidez, poniendo sobre la mesa cuestionamientos al rol de la mujer en la sociedad: una puja entre los cánones de la época y una realidad incipiente que las interpela, reflexionando sobre el deber, el amor, la felicidad y la posibilidad de alcanzarlos.
10- Un premio para Lucía
Después de dos temporadas interrumpidas, la obra escrita y dirigida por el director argentino Guillermo Hermida, protagonizada por Lourdes García Stark, Rossana Bellasai, Manni Delvalle, Dani Willigs y marcando una radiante vuelta a las tablas para Tana Schémbori, abrió telones en la Sala Molière de la Alianza Francesa.
Decir que un premio es una celebración es pasar por arriba de la cuestión (si no lo sabremos nosotros): como todo gran acontecimiento que nos expone, viene con su cuota de expectativas, ilusiones y frustraciones. Guillermo Hermida sacó a relucir personajes desde las características particulares de cada actor y además, los desafió a mostrar una faceta diferente.
Un premio para Lucía contó con un diseño escenográfico impactante donde destacó el cuidado a los detalles y el uso ingenioso del espacio, exponiendo el frente y dorso de un escenario en donde la estrella fueron los conflictos humanos, esas personas atrapadas en sí mismas frente a situaciones que las ponen a prueba.
9- De noche duermen las flores
Tras meses de investigación y preparación, llegó a escena una de las primeras obras de la pandemia: De noche duermen las flores, dirigida por Rita Ortiz, basándose en el concepto del heliotropismo -el movimiento de las flores que buscan el estímulo de la luz y que, en los días nublados, encuentran esta energía entre ellas mismas-.
Ortiz propone esta obra pos dramática junto a un elenco creador conformado por Mónica Airaldi, Diana Frutos, Belén Fretes, Claudia Espínola y Pamela Paredes, con quienes atravesó un arduo trabajo de preparación corporal como punto de partida.
Un abanico de historias que tocan un tema en común: la violencia contra la mujer, con una particular riqueza proveniente de su propia realidad, abordando puntos íntimos como la formación cultural hacia la normalización, el dolor invisibilizado, las presiones sociales y las microagresiones, finalizando con el crecimiento y empoderamiento.
8- Verbo
En una imponente estampa en la Alianza Francesa, las tres más grandes señoras del teatro paraguayo, María Elena Sachero, Margarita Irún y Hedy González Frutos, se unieron bajo la dirección de Diego Mongelós, la coordinación dramatúrgica de Andrés Ovelar y el mundo sonoro de Alejo Jiménez.
La mesa de la merienda congrega a las tres mujeres -ahora frente a un público- buscando recrear una reunión íntima. Como en cualquiera de sus horas del té, el encuentro vino acompañado de tortas, anécdotas, poesía y sus puntos de vista sobre la vida, conjugando complicidad, picardía e interacción con un público que reaccionaba y participaba de esta celebración de la carrera de estas grandes damas del teatro.
Con la promesa de una última vez en escena juntas, como en un duelo de lamento lorquiano, nos permitieron conocer a la mujer detrás del talento: por momentos vulnerables pero, al mismo tiempo, asentando sus carácteres imponentes de vasta trayectoria artística, intercalando segmentos de poesías y charlas íntimas.
7- Recientemente ciego
Tras renunciar a nuestros ojos en una bandeja zarpamos a la mitológica isla de Tiflos, donde eran destinados todos los imposibilitados de vista según las leyendas griegas. Somos los recién llegados, pero por suerte tenemos un guía: Carlitos Cañete, quien nos otorga su versión de la vida con ceguera.
El unipersonal de tinte dramático fue co-creado y dirigido por la ganadora del Edda Paola Irún quien, tras un año de cuestionamientos sobre las artes escénicas, propuso esta historia en tres plataformas diferentes y autónomas: obra, corto audiovisual y bitácora.
A través de su particular impronta y con un humor agudo, ácido e irreverente que desarticula el pudor al afrontar el tema de la discapacidad, Recientemente Ciego nos permitió conocer la forma de percibir el mundo del protagonista en una experiencia sensorial que indaga en disputas más allá de lo evidente.
6 – Misión Cumplida
Un circo de cartón y tela es el escenario que propuso Nelson Arce para retratar una de las mayores peripecias en la historia de nuestro país.
Arce, director conocido por su trabajo con textos de Teatro Pánico y del absurdo, eleva el texto de Santiago Filártiga con una puesta minada de figuras controversiales, referencias históricas y sociales, hechos públicamente conocidos y hasta rumores del imaginario colectivo, reinterpretando o reflejando con cierta licencia poética la caída del Stronismo.
En Misión Cumplida nos encontramos con el elenco más fuerte del año (Rodas, Bachero, Galeano, Toranzos, Sosa Traverzzi, Cálcena, Barrios y Cubilla… un dream team) en que cada intérprete bordó un personaje perverso y complejo perfecto para esta comedia grotesca y frenética, rica tanto en textos como en movimientos escénicos y recursos de alta efectividad visual.
A partir de acá, las obras están en orden aleatorio. 🙂
Azul
En una nebulosa Asunción, un departamento se ilumina de azul. Aldo y Beto disputan por coexistir en una relación en fricción, como dos corrientes encontradas que se estancan, hasta que un tercero irrumpe en sus vidas.
Protagonizada y creada por Diego Mongelós, Mario González Martí y Diro Romero, Azul tomó su forma final gracias a la dirección de Ricardo Alves Junior (Cine Splendid, 2018): combinando dos de las grandes pasiones del director, entregaron una propuesta que transitaba entre lo teatral y audiovisual con un equipo de realizadores audiovisuales, un trabajo de arte hiperrealista, iluminación controlada y el manejo a detalle del sonido y soundtrack.
Un argumento simple que, gracias a la lente de la cámara, escapó de la superficialidad para sumergirnos en los centros jugosos de un amor que muere… ¿o se transforma?
Dean, el inmoral
Con funciones totalmente agotadas, Cábala Teatro se impuso en la cartelera con la obra escrita por Arturo Fleitas, dirigida por Fátima Fernández Mercado y protagonizada por Erik Gehre como el legendario James Dean.
La dramaturgia estuvo a cargo de uno de los más respetados directores de nuestro país, Arturo Fleitas, con la adaptación de Fernández Mercado, que nos hizo recorrer en la vida de Dean los chispazos que llevaron al acelerado incendio vital que representó la corta existencia del actor.
La joven directora entregó un trabajo sólido de dirección, cuyo punto más destacado es su facilidad para crear la atmósfera indicada y la conjugación de diferentes lenguajes de manera cohesiva.
Erik Gehre afrontó el que sin duda es y será uno de los papeles más desafiantes de su carrera, un trabajo sumamente complejo acompañado por los dos (muy destacables) jóvenes actores Miliki Chaves y Mafe Mieres.
Hemingway
“Conocer a una persona y saber qué tiene en su cabeza son dos cosas diferentes”, dijo el mismo Hemingway. Arlequín Teatro y Aleph Teatro se unieron para traer un retrato del célebre autor estadounidense bajo la dirección de Diego Mongelós.
El texto de la peruana Maritza Núñez Bejarano recorrió la biografía en primera persona desde un encierro delirante bajo los efectos de la terapia de electroshock, el alcohol y la depresión que mantienen dispersas y borrosas las líneas de realidad, lo que permitió jugar al director con notas surrealistas que potenciaron el relato.
Pablo Ardissone interpretó al idolatrado Hemingway con cautivante e imponente verdad en los ojos, no desde la solemnidad de un ícono sino al contrario: como un humano hecho trizas, que combate contra sí mismo y lleva en sus días finales una actitud indeseable pero con un humor sarcástico y ácido que nos acerca a él.
Tu panza respira
¡Si señores, esta obra tiene perros! Una oda, una farsa, una mentira, una discusión. Tu Panza Respira es demasiadas cosas que se sobreponen, se interpelan y se disputan frente a los espectadores, inquietos por este debate abierto sobre la vida, la actuación, el teatro y las relaciones sociales.
Un escenario dentro de un escenario en el Teatro Municipal: Jorge Báez y David Amado, directores y protagonistas de la obra, recibían a los asistentes para ver algo tan real como el pasto sintético sobre el cual estaban parados.
Una obra pos dramática, experimental, que te mantenía esperando lo siguiente: cuadros interrelacionados por las ganas de poner en tela de juicio la verdad en escena y la ficción pura.
1978
Las historias que rodean a un naufragio hace 40 años fueron el punto de partida que nos invitó a recorrer la ya conocida Casa 579 de Sigilos – Teatro Experimental. Se reinició así (o no) un viaje quimérico, temporal y espacial hacia el norte del Paraguay.
No bastaron las tres veces que fuimos a ver la obra para apreciar todos los detalles de arte, la coreografía y las interpretaciones bajo la dirección de Wal Mayans junto a Magín Pereira, quien se inspiró en la historia de su abuela sobreviviente de este siniestro.
1978 logró sumergirnos en una atmósfera que jugó entre lo mundano, lo lúgubre, lo autóctono y hasta lo mágico. Una oposición a la tragedia y una introspección hacia el alcance de la vida humana y su trascendencia en la memoria.
