El director australiano Craig Gillespie, conocido por películas como Lars and the real girl y la nominada al Oscar I, Tonya, se une a Emma Stone para traer a la pantalla la juventud de una de las villanas más icónicas de Disney.
Tal como caracteriza a todas las cintas de la compañía del ratón, la cinta es visualmente maravillosa, llena de colores, contrastes y efectos pop-art que suman bastante al estilo vintage y la época en la que se desarrollan los hechos.
Como cabía esperarse, el blanco y negro están omnipresentes tanto en el vestuario como en el cabello y maquillaje, mostrando esta dualidad, este ying-yang por el que la protagonista fluctúa mientras trata de descubrirse a ella misma y vengar a su madre. Esta dualidad se ve presenta también en personajes secundarios: los aliados siempre tiene algo de blanco en su vestuario, mientras que los que están en su contra visten sólo de negro -con excepción de la antagonista principal-.
En cuanto al vestuario y maquillaje, todos acompañan perfectamente a cada personaje, especialmente los de Stone y Thompson, con voluminosos y extravagantes vestidos que muestran esta lucha en la moda entre lo clásico y lo moderno personificados en Cruella y la Baronesa.
En cuanto al guión, hay muchos elementos que funcionan y ayudan a la trama como los gags y las referencias a las películas anteriores de la franquicia, pero como toda película de Disney hay momentos importantes que son tomados a la ligera o que no están perfectamente justificados, como el cambio que sufre el personaje de Cruella al descubrir uno de los secretos mejores guardados de la Baronesa: de un segundo a otro, toda su personalidad y carácter se vuelven más oscuras, olvidando ella misma sus comienzos y las enseñanzas de su madre.
En cuanto al estilo de la película, muchos críticos hicieron comparaciones con películas como The Devil Wears Prada, recordando su humor y actuaciones a la dinámica que tuvieron Anne Hathaway y Meryl Streep en aquella cinta del 2006. En cuanto a la dirección y estilización, Phantom Thread de Paul Thomas Anderson saltó como una clara influencia e inspiración del director, adoptando los colores fríos para crear la atmósfera de la cinta y el carácter del personaje.
En general, Cruella cuenta con mucho humor, buenas actuaciones, excelente y hermosa fotografía, junto con el peinado y vestuario que son las grandes estrellas de la cinta.
Cruella se encuentra disponible en cines y Disney+ via premier access.