Con funciones totalmente agotadas, Cábala Teatro se impone en la cartelera presentando la obra escrita por Arturo Fleitas, dirigida por Fátima Fernández Mercado y protagonizada por Erik Gehre como el legendario James Dean.
Un soundtrack puramente norteamericano nos recibe en contraste con una peculiar postal viviente de los tres intérpretes: simplemente jugando al basket mientras el público se acomoda. “¿Dean jugaba al basket?”, nos preguntamos: la mayoría no conocemos esas “nimiedades” de su vida, posiblemente eclipsadas por el sensacionalismo del mito.
La escena se disipa mientras Dean se despoja de todo atuendo y barreras, quedando vulnerable. Nos cuenta su polémica y morbosa historia, llena de todo el glamour del star system de Hollywood en los 50 ‘s… pero eso es sólo la fruta: lo que importa es lo que hay detrás. El humano es el real protagonista de la historia.
La obra fue escrita por uno de los más respetados directores de nuestro país, Arturo Fleitas, quien se inspiró en el increíble parecido físico de Gehre con Dean. Fleitas no cuenta la historia de la estrella, sino de la supernova: de esas gigantes que finalizan su vida con una onda choque y que a través de esa explosión, se vuelven legendarias -y en este texto- podemos ver las diferentes capas que la compusieron.
La dramaturgia de Fleitas -con adaptación de Fernández Mercado- nos hace recorrer con gran detalle no sólo los capítulos más resaltantes de la vida de Dean, sino también lo más mundanos detrás de los cuales se esconden las chispas que llevaron al acelerado incendio vital que representó la corta existencia de Dean. Aunque el texto tiene una exploración bien detallada, por momentos cae en sobreexplicaciones o redundancias que pudo haber prescindido.
Erik Gehre afronta lo que sin duda es y será uno de los papeles más desafiantes de su carrera. Gehre lleva adelante un trabajo sumamente complejo que comprende no sólo la caracterización externa del personaje, sino también mantener el ritmo, verse expuesto, enfrentarse a desafíos físicos y, aunque el desarrollo emocional pudo haberse llevado un poco más lejos, su trabajo como intérprete en lo corporal es cautivante y su desempeño como protagonista, memorable.
Nos situamos en un espacio neutro, inundado por el negro de la Sala La Correa con dos elementos centrales: una imponente estructura de escaleras metálicas y una plataforma circular con un farol, como si fueran “ensayables”, una escenografía por concluir o siendo desmantelanda. ¿Estamos en un teatro? ¿En un estudio de cine o televisión? En todos estos espacios. Sea en Nueva York, en Hollywood o en Indiana, viajamos a los lugares esenciales por donde pasó el actor en sus 24 años de vida.
La definición de los sitios que recorremos junto al protagonista se logra a través del trabajo de iluminación de Martín Pizzichini, que encaja perfecto intercalando el diseño de luces generales y crudas -cuando Dean se dirige directamente al público- y en otros momentos en que la iluminación es manipulada delicadamente para complementar las situaciones. Brinda color al espacio negro con ubicaciones muy precisas y efectivas, da vida a las estructuras ubicándonos en un contexto histórico y en situaciones muy específicos como un cine, un tren o en una ducha.
El color se da no solamente con las luces sino también con el vestuario de Tania Simbrón, vestuarista reconocida por su trabajo en el cine nacional. ¿Quién mejor para sumar su mano a este trabajo? Con incontables cambios de vestuario implementados con una exactitud que juega al límite entre la precisión cinematográfica y la exigencia visual de lo teatral. Desde la ropa interior, los trajes de baño, un vibrante vestido y la chaqueta roja.
Mafe Mieres simplemente encaja a la perfección en esta puesta, como si el rol hubiera sido pensado para ser interpretado por nadie más que ella. Por un lado por sus rasgos que remiten a la belleza clásica hollywoodense, pero principalmente porque la joven actriz brinda una interpretación destacable en sus diferentes personajes, brindando matices emocionales sorprendentes, desdoblándose de una emoción a otra en cuestión de segundos-como por ejemplo cuando lleva la piel de la icónica Pier Angeli-, encontrando verdad y naturalidad en todo su trabajo.
Alfredo Chaves (Miliki) también pasa de un personaje a otro de una manera muy particular y de la cual hemos hablado en otros trabajos: compone personajes bastante parecidos a él mismo y, sin embargo, tan diferentes uno de otro. Con varios momentos destacables, como cuando interpreta a un desagradable Elia Kazan; y como Marlon Brando que baila un tango con Dean.
Una interesante decisión fue la de no regirse por el género del actor para asignar personajes, los cuales igualmente son llevados con respeto por los intérpretes sin caer en la caricatura.
Fatima Fernández Mercado nos entrega un trabajo sólido de dirección, cuyo punto más destacado es la facilidad para crear atmósfera alrededor de momentos clave. El espectáculo mantiene un ritmo vertiginoso que no cae casi en ningún momento. Y ésto es gracias a los diversos recursos que utiliza para contar la historia: entre ellos, el fuerte contraste entre instantes dramáticos y cómicos y el fluido pero preciso dibujo del espacio que -conciliado con los otros lenguajes- resulta en cuadros cinematográficos.
El erotismo está fuertemente presente en la obra así como en la vida de Dean, pero de una manera magníficamente elegante, sensual y comprometida con el relato, con momentos sostenidos puramente en lo físico. Una vía claramente acertada para expresar las emociones que se esconden detrás del texto.
La obra cuenta con fondos de la Secretaría Nacional de Cultura y, sin duda, ya podemos decir que es el gran éxito de la temporada teatral 2021 en cuanto a taquilla, con sus funciones agotadas. Y, también, es uno de los trabajos escénicos más destacados de esta temporada.
La obra anunció dos nuevas fechas de despedida: 17 y 18 de julio en la Sala La Correa de La Caósfera (General Díaz entre Don Bosco y Hernandarias), debido a las entradas totalmente agotadas para las que habrían sido las últimas funciones de este fin de semana. Estén atentos a los anuncios desde el perfil de @cabalateatro.
