La compañía Develop Teatro presenta su primera obra, creada por los actores Natan Melamed, Cecilia Torres y el joven director Aldo Valdez.
Un grato descubrimiento nos esperaba en el predio de la Casa Bicentenario de Artes Visuales, una poco convencional e igualmente interesante opción en un momento en que se necesita recuperar espacios de la ciudad para el arte debido al cierre o la completa ocupación de las salas tradicionales.
Un rincón del patio teñido inicialmente de luces púrpuras, enmarcado entre un sutil desnivel y las puertas de la edificación, dispone un espacio escénico puro acorde al punto de encuentro de estos dos personajes: el consultorio de un psicólogo. La escenografía está dotada por objetos naturales y arquitectónicos: una escalera, una palmera, las paredes y ventanas cubiertas, sumándose sólo los elementos necesarios: dos bancos de madera, una silla y un pequeño mueble.
Parte importante de la puesta es el diseño de iluminación por Martín Pizzichini, en el cual toma preponderancia el púrpura -y su complementario, el amarillo- intensificando momentos, dividiendo las escenas y como parte de la propuesta escenográfica a través del uso de las sombras. En un punto, la iluminación también colabora en desdibujar las líneas realistas establecidas inicialmente por la puesta.
Pero sin duda el elemento clave de apoyo es la música original, compuesta a medida por Gabriel Cáceres y Salma Gómez, quienes ejecutan además el cello y la guitarra respectivamente. Las melodías guían al público por diferentes climas, principalmente por la aventura de atravesar las vivencias de Yayah, ingresando incluso a la zona del thriller.
La obra es protagonizada por Cecilia Torres y Natan Melamed. Ambos sostienen la obra con gran naturalidad, aunque gracias a la propuesta de dirección también se permiten jugar con otros tonos actorales con una notable química que fluctúa y contrasta en el momento clave.
Melamed -aunque presenta leves cuestiones de dicción que ajustar- destaca en él un notable estudio de personaje, visible en la forma y la cadencia de la conversación que mantiene desde su papel de psicólogo, el cual sostiene incluso con la “desventaja” de estar de espaldas al público durante prácticamente toda la obra (justificado, ya que vemos todo desde su perspectiva). Por otro lado Torres, a quien sí vemos de frente, nos mantiene centrados en las miradas que lanza en sus silencios, mientras brinda humor desde la personalidad fría y evasiva del personaje con una sólida interpretación jugando entre lo jovial y cotidiano, permitiendo conectar facilmente con su personaje que va adquiriendo mayor carga emocional conforme transcurre la historia.
La obra representa el primer trabajo de dirección de Aldo Valdez, quien toma decisiones sólidas como proponernos un punto de vista desde la mirada del psicólogo y guiarnos a través de los diferentes lenguajes de forma balanceada. Esta obra fácilmente pudo terminar en dos personas sentadas hablando interminablemente: gratamente tenemos que decir que no fue así, la obra fluye de manera dinámica con pequeñas acciones que intervienen y acompañan a la charla.
Un libreto destacable creado de manera colaborativa por los actores y el director, con un cierto gusto cinematográfico que aunque inicialmente tiene dificultades para mantener a uno involucrado, al abordar el principal conflicto te deja expectante. La trama presenta un giro tan sutil como poco esperado, que hace circular la obra entre lo turbio y lo inocente, quedando con lo más relevante y ahonda en ello de forma delicada, realista y contundente.
Los Viernes Son Púrpura retorna con funciones el viernes 01 y sábado 02 de octubre a las 20:00 hs y domingo 03 de octubre a las 19:00 hs en La Casa Bicentenario de las Artes Visuales “Ignacio Soler” (Cerro Corales entre EEUU y Tacuarí). Consultas y Entradas al 0961 902703/ 0971 918 878, anticipadas a Gs. 35.000 y en puerta Gs. 50.000.